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Coherencias

No me suele causar mucha pesadumbre el tema de la productividad fotográfica, ya que en los últimos dos años una media superior a las 50.000 fotos anuales dejan este aspecto cubierto. Pero he de reconocer que si me preocupan bastante un par de aspectos: la uniformidad en cuanto a la calidad de la producción fotográfica y la coherencia.


En cuanto a la uniformidad de la calidad de las fotografías que vengo haciendo he aprendido que si conoces las limitaciones de las herramientas con las que trabajas y eres prudente aplicándolo la calidad resultante ha de ser uniforme. No pecar de excesos o pecar en defecto da cierta tranquilidad a la hora de gestionar los archivos a posteriori. Si bien algunas veces hay que pecar y abusar, estas son las menos.


Mi mayor preocupación en los últimos tiempos ha venido dada por mantener una coherencia entre trabajos. Sean estos trabajos encargos o de producción personal, me asustaba en cierto modo la acumulación de imágenes inconexas.


Si bien es cierto que en lo que a trabajos de fotografía social se refiere, he procurado desde un principio aproximarme a una fotografía consecuente con el momento fotografiado, aproximarme a la fotografía emocional y contar las historias de la gente que ha confiado en mi para fotografiarlas. Lo que pudiera denominarse mantener un cierto estilo.


Pero la cuestión del estilo se vuelve un tema secundario a la hora de afrontar trabajos personales en los que la diversidad de ideas hacen necesario adoptar diferentes estilos o posturas fotográficas. No podía afrontar de la misma manera un paisaje que un retrato, este era mi particular desvelo.


Y dentro de mis debates personales y la clara deriva que mis gustos iban tomando hacia el retrato de corte fántastico, onírico, atípico y los espacios abandonados empecé a pensar que necesitaba un hilo conductor para mi fotografía personal.


Aún no he encontrado una formula ideal, ni sé siquiera si la llegaré a encontrar en algún momento, pero he tomado la decisión de empezar a trabajar por series. Me he planteado fotografiar series libres de toda atadura en cuanto a plazos y cantidad, pero con algún elemento que de coherencia entre fotografías. Este será un objeto, un sujeto, una palabra, emoción o sentimiento...como os dije la fórmula no es perfecta.


Aquí os presento mis series libres y abiertas, ellas marcarán el ritmo y ellas dirán cuando es momento de terminarlas: